● La gestión adecuada del proceso de desvinculación laboral no sólo beneficia al profesional, sino que también refuerza la reputación de la empresa y facilita futuras oportunidades laborales.
● Claudia Chianese, profesora de EAE Business School, nos brinda consejos clave para que la salida de un trabajo se convierta en una oportunidad positiva y que deje las puertas laborales siempre abiertas.
México, julio de 2024 — El desempleo hoy en día ha adquirido nuevas dimensiones que años pasados. Lo que para unos puede ser una tragedia, para otros representa un alivio emocional. De acuerdo con el estudio “El Gran Desgaste: renuncia en México”, en 2023 el 23% de los trabajadores pensaron en renunciar a su trabajo. Entre las principales razones estaban la ausencia de valores, el ambiente negativo de la empresa, la falta de reconocimiento y la monotonía.
Pero la cifra fue mayor. De acuerdo con el INEGI, en 2023 se realizaron 402,194 convenios de trabajo perjudiciales, lo que representa un incremento de 12.8% en comparación con 2022, en donde el retiro voluntario (41.3%) y la indemnización (35%), fueron los tipos de arreglo más frecuentes.
Asimismo, se presentaron 79,069 conflictos de trabajo a nivel nacional, de los cuales 99.8% (78,934) fue individual y de estos 62.3% tuvo como motivo la demanda por despido injustificado.
Dejar las puertas abiertas al desvincularse del lugar de trabajo
Ya sea por decisión propia o por un despido, además de la preocupación por encontrar un nuevo empleo y tener un colchón mientras se logra, hay un ítem que es fundamental a la hora de salir de un trabajo: hacerlo en buenos términos dejando las puertas abiertas. ¿Por qué es tan importante hacer esto?
«El mundo es un verdadero pañuelo», señala Claudia Chianese, profesora de EAE Business School. «Por mi experiencia de más de 25 años en el mundo de los recursos humanos y de la gestión de las personas, cuando te mueves en un determinado sector y área, es muy probable que te vuelvas a encontrar con antiguos compañeros/as de trabajo, o de máster y hasta vecinos y conocidos en futuras oportunidades profesionales, por lo tanto, es fundamental haberse desvinculado de la mejor forma, de manera digna y educada».
Manejar sabiamente el proceso de desvinculación de una empresa garantiza futuras oportunidades, tanto para el/la profesional que se marcha, como para la misma empresa y su reputación y employer branding. Este enfoque no sólo ayuda al profesional a mantener su dignidad y relaciones, sino que también preserva la reputación de la empresa en el sector.
Comunicación y transparencia en el despido evita conflictos emocionales
En cuanto a las estrategias para gestionar los conflictos emocionales asociados con un despido o renuncia, la experta sugiere el uso de servicios de outplacement y la oferta de recomendaciones específicas.
Estas acciones pueden facilitar una transición más suave y ayudar al profesional a encontrar nuevas oportunidades de manera más eficiente.
«Tanto si se trata de un despido colectivo, como de uno individual improcedente por razones de recorte, [es positivo] ofrecer algún tipo de recomendación, desde una carta genérica a algo más específico y algún tipo de contacto concreto, si consideramos que el empleado pueda encajar bien o mejor en algún contexto u otra organización que conocemos», recomienda Claudia Chianese.
Ahora, la comunicación efectiva y la transparencia son esenciales durante el proceso de salida de una empresa. Esta debe ser personalizada y llevada a cabo por alguien con habilidades en inteligencia relacional y comunicación efectiva, entendiendo el perfil de cada trabajador, su emocionalidad y capacidad de reacción.
Esto no sólo mitiga el impacto emocional en el empleado, sino que también ayuda a mantener una relación profesional positiva.
Entender una renuncia o despido como aprendizaje
Aunque quedarse sin trabajo, sea por decisión propia o contra la voluntad, es una experiencia difícil, desafiante y a veces traumática, es recomendable verla también como una oportunidad de desarrollo y crecimiento profesional, promoviendo una actitud resiliente ante la adversidad.
Se debe vivir el duelo, por supuesto, pero una vez superado, analizar la situación, examinar el porqué de la renuncia o los motivos del despido, y rescatar de allí lecciones positivas para la siguiente oportunidad laboral que venga.
Esto es, en pocas palabras, resiliencia, que para la experta es una de las competencias fundamentales en este siglo para sobrevivir al mundo laboral, especialmente después de haber superado una prueba tan difícil como la pandemia del COVID-19.
«Vivimos en una incertidumbre constante y tenemos que estar preparados para transformar posibles amenazas en futuras oportunidades», añade Claudia Chianese, profesora de EAE Business School. «Hay un dicho español que me encanta: “cuando se cierra una puerta se abre una ventana”, pues así aconsejaría ver la experiencia de un despido.